miércoles, 17 de febrero de 2016

una palabra larga de verdad


Suave voz. 1 palabra para la acción. 1 palabra infinita. Que no puede oírse; no mires atrás. Las columnas
han resistido el número del fuego, no como el murmullo de las aves. Familias
enteras en la diáspora, en camino con lo puesto, joyas antiguas y un poco de dolor, porque el dolor
ocupa demasiado sitio en la conciencia, todo no se puede llevar.

El recuerdo es para una palabra mágica que no acaba de significarse. Delata pero no llama a nadie por su nombre,
llama pero no quema. Ahora la sangre se ha abaratado tanto como el agua y la sed
(y los niños libran débiles batallas junto a la rampa).

Dejad a los niños que se mueran de miedo
a la luz de la hoguera. El monstruo separa las piernas antes de gritar, busca la timidez de la hierba bajo su bota de acero.
Príncipe del disimulo, su ética cuelga de un árbol, su belleza horroriza al arte
porque aplasta la verdad. Hay un término asiduo, reducto
de la cordura; allí las armas no se fortalecen ni las manos oprimen, la soga es un bonito foulard.

El hedor despabila. Hace un maravilloso ocaso en la frontera. Caronte ha despertado y balbucea su cargante
letanía, se parece a los ángeles –visto desde el cielo. Un millón de estrellas
refulge bajo tierra, es un jurado especial.

No existe palabra en la lengua de la noche para describir el fúnebre talento, la sagacidad, la virtualidad
y el vórtice en que convergieron las almas, ¡almas geniales!, el rincón del odio sembrado de materia gris, ese horóscopo
trucado. Almas llenas de significado, hartas como perros gordos saciados de carne.
Ellos, los creyentes, con las piernas abiertas sobre la fosa común;
ellos sobre el común de los mortales. Ebrios e inmóviles.

La voz serpentea por debajo del aire, no se apaga, ¡es un emblema!; es el futuro
saltando del vagón de Kateřina, frotándose las manos manchadas de distancia. Es la forma del mal,
toda esa forma crucificada viva. Un lenguaje exaltado
que será prohibido por la naturaleza, desatado del poste y arrojado al combate, desnudo y horrible;
y en su eco escupirán los muertos, su cadáver soñará a la intemperie. Su espíritu
honrará la perfecta contención del infierno.



Branik Station, Prague, Czechoslovakia. 1992
©Michael Kenna

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